¿Eres buen o mal ingeniero?

¿Eres buen o mal ingeniero?

Ya nos advierte Robert Cialdini en su libro Pre-suasión, que “[...] solemos seguir la corriente de aquellas personas de nuestro entorno a las que nos parecemos. Las ventajas de esta forma de proceder pueden ser formidables, pues nos brindan soluciones sencillas y casi gratuitas a muchos de los típicos retos que se nos presentan [...]”. Si a esto sumamos que el pánico al fracaso se mitiga de manera sensible cuando se cuenta con el respaldo de haber contratado al mejor, al más popular, al de mayor éxito, tenemos la combinación perfecta para justificar la aversión al riesgo, a lo nuevo, a lo sensato, a lo necesario.